Chácharas fúnebres y de San Pedro

Henry Osvaldo Tejeda Baez

Señores, me parece que lo que esta sucediendo en el cielo con San Pedro y todo el trabajo que tiene, esta afectando las actividades obituarias en esta ciudad de La Romana.
El pobre San Pedro, esta teniendo demasiado trabajo en estos tiempos porque son tantos muertos (almas de muertos), que le están llegando que lo tienen arrollado,
y lo peor es que, no puede delegar ni un chin de sus responsabilidades a nadie mas, porque corre el riesgo de ser cancelado ipso facto, por Dios.
Todo este preámbulo lo hago porque en esta ciudad de La Romana, se están dando cosas nunca vistas como lo es que, un carro fúnebre ande por las calles con luces centelleantes y armando tamaño escándalo con una sirena, al tratar de abrirse paso en las intersecciones de las calles, por lo que me imagino que desde el cielo, San Pedro habrá mandado algún memonrandum instruyendo a las funerarias de la ciudad para que tan pronto les llegue un muerto, se deshagan de él a la velocidad de un bombero en Nueva York, porque si ese muerto (o su alma)no llega al cielo en el tiempo que La Muerte le puso como límite para que llegara, entonces se quedará penando en el espacio, convirtiéndose en un fantasma que andará jodiendo la paciencia en la tierra, específicamente, en La Romana, ahí tenemos como ejemplo a Balaguer.

(Balaguer se murió a la hora que no le tocaba, debió ser antes, pero era que quería competir con los quelonios, léase, las tortugas.
Todo lo que he dicho es lo único que puedo pensar como el motivo que tendrá ese chofer del carro fúnebre que tanto está molestando a la población romanense, con esas luces centelleantes y esa sirena a todas horas del día y de la noche.
Pero yo me pregunto: "Qué carajo hace un carro fúnebre con esos accesorios, porque se supone que si lleva un muerto en su interior, por más rápido que lo quiera llevar al cementerio, o, desde la casa de los dolientes a la funeraria, no lo va a revivir jamás.
Me parece que San Pedro esta recibiendo los muertos por citas, y el muerto que no se reportó a tiempo se quedará penando, pero eso ha sido de un tiempo no muy lejano a esta parte, fruto de:
la violencia intrafamiliar, los tiroteos entre policías y delincuentes, el narcotráfico, las malas políticas de los gobiernos, la intoxicación alcohólica, el robo por parte de los funcionarios de los dineros que deben ir a los pobres, los infartos por culpa de las deudas y en mayor medida, por las bombas norteamericanas que, cuando no son ellos que las tiran, inducen a otros países a masacrar a otros.

Todo esto es lo que ha hecho que la oficina de San Pedro viva arrollada y no dé abasto para tantos muertos.
Si pidieran mi opinión sobre qué hacer para ayudar a San Pedro, les diría que crearan una extensión en el país de esa oficina celestial, aunque el problema grande sería a quién poner a cargo de ella, debería ser una persona que no vaya a negociar los buenos lugares de la gloria, pues seguro aparecerá algún funcionario de esos que ha venido robándose medio país, desde hace mas de 30 años, que quiera dejarle caer una borona al delegado celestial.
Yo propondría al padre Rogelio para jefe de esa oficina, claro está, primero hablando con él, a ver si se quiere sacrificar por el país y acepte morirse.

(Primero deberá morirse para poder ir a recibir el nombramiento de San Pedro, -la burocracia mano, la burocracia- y luego bajar a la toma de posesión, pero antes de todo esto, Rogelio debe aceptar, y en caso de que diga que si, se procederá a hacer un casting para escoger la persona que, con el menor dolor posible, le asestará las cuarenta y dos benditas y celestiales puñaladas a Rogelio que lo deje tieso como un bacalao en caja, para que así, muera santo y mártir.