Los Panfleteros de Santiago recuenta cómo un grupo de jóvenes fue masacrado tras desafiar en 1960 al régimen de Trujillo.
Tras ver , la premiere nacional del documental Los Panfleteros de Santiago, de Nestor Montilla (romanense hermano de El Puchi Monti y Domingo Cordero) y María Teresa Feliciano sobrecogidos y marcados por un sentimiento que vincula la admiración por estos muchachos de Santiago y el repudio al recuerdo de los mecanismos de sangrienta represión trujillista, sólo surgen preguntas: ¿Por qué no se conoce más la proeza patriótica de estos jóvenes?
¿Quién es Wensealao Guillén y de dónde sacó la reciedumbre y capacidad para resistir torturas y vejámenes por días enteros en el centro de suplicios llamado La 40?
¿Por qué Wensealao es menos conocido y mucho menos admirado que Michael Jackson?
¿ De dónde sacó fuerzas humanas o no, este muchacho llamado Wenseslao Guillén (Wen) para mostrar su temple, no menor que el del resto de los otros 26 jóvenes que corrieron igual suerte en La 40: todos fueron asesinados y desparecidos. No se conoce donde están sus restos. La madre de Wen, doña Telma Guillén Gómez, con su rostro marcado aún por 50 años de dolor por la muerte tan inusual para un hijo de sus entrañas, recuerda en el documental que hizo, a partir del 20 de enero del 1060, cerca de 70 viajes a donde quiera que le decían que podría estar su hijo.
El documental de 57 minutos, producido en dos versiones por Nestor Montilla y María Teresa Feliciano con el respaldo de Institute for Latin Estudiesd y The Common Roots (ambos de New Jersey), se basa en el libro del mismo nombre escrito por el doctor Ramón Antonio Veras y relata con intensidad y crudeza, lo que fue aquella acción de Los Panfleteros, muchachos convencidamente anti-trujillistas y que decidieron, como podían, tratar de mostrar que era posible desafiar al dictador y resistir su oprobioso régimen.
Comenzaron pintando en los baños públicos de Santiago y con lápiz labial, las letra “C” “T”, que significaban: “Contra Trujillo”. Pero a final del 1959 , se propusieron desarrollar una acción de resistencia que Trujillo sintiera en firme.
Wen concibió la idea de imprimir unos panfletos y distribuirlos en los barrios de Santiago. Para hacer el arte con las tecnologías rudimentarias clandestinas a que apelarían, se pidió el auxilio de uno de los miembros del grupo, el joven Manuel Amado Bueno Pérez, el más artista gráfico de todos los involucrados en la trama.
El lugar para imprimir los volantes o panfletos fue el sótano de la casa de Wen, donde se trabajó durante cinco o seis días de las últimas semanas de diciembre, hasta obtener las copias que necesitaban. Bueno talló el entorno de las letras que conformaban el mensaje y con una almohadilla entintada se iba pasando papel en blanco para obtener la impresión.
Cuando los panfletos amanecieron en las casas de Santiago, el 6 de enero, coincidiendo con el Día de Reyes, el dictador le reclamó al SIM por no haber detectado la operación y ordenó la búsqueda de los autores de tal “afrenta”.
Ramón Antonio Veras refiere que lo que permitió al SIM detener los muchachos fue la indiscreción temeraria del más joven de todos los integrantes y no una delación de algún infiltrado.
El documental del romanense Néstor Montilla y Maria Teresa Feliciano narra como son detenidos y enviados a La 40 en Santo Domingo, donde estaban siendo llevados también los complotados del Movimiento 14 de Junio (hecho que hace que mucha gente piense que los panfleteros eran parte de los catorcistas). Durante días son torturados bárbaramente con una intensidad particularmente cruel.
La lista
El listado, compilado por la Fundación, incluye a: Wenseslao Marcial Guillén, Ramón Antonio Veras,, Manuel Armando Bueno Pérez, Luis Prud´Homme, Manuel Ramón Liriano, José Oliva Espertín, Henrich Stresse, Porfirio Gómez y Pedro Jaime Tineo Tejada, entre otros muchos.
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