Por Manuel Antonio Vega
HATO MAYOR.- “No AMET en este negocio”. Así reza un letrero, pintado como si fuera una señal de tránsito, en el restaurant “El Conuco de Mois”, en Hato Mayor del Rey, cuyo propietario a modo de protesta, impide que miembros de la Policía Metropolitana del Transporte (AMET) visiten el establecimiento, por los atropellos que alega comenten los agentes en contra de la población, especialmente los motoconchos. A la decisión del empresario, Mois Rodríguez Gómez, se le adiciona la iniciativa de un grupo de jóvenes que le siguen, que han optado por darse un rape o afeitarse las cabezas, para mostrar su inconformidad por las medidas antisociales y de atropellos que llevan a cabo los AMET en Hato Mayor y en todo el territorio nacional.
Se espera que de un momento a otro, otros comerciantes cierren sus negocios en repudio por los atropellos, consistentes en golpes y hasta roturas de piernas a tiros que han escenificados los agentes, encargado de aplicar la ley 241 sobre Tránsito Terrestre en la República Dominicana.
La AMET tiene cientos de motores incautados, a cuyos propietarios los obligan a pagar una multa de mil 200 pesos, por supuestamente no andar provisto del casco protector.
La situación de inconformidad creada por la policía metropolitana, ha obligado que este jueves, el director regional del organismo, coronel Félix Ortega Zorrilla, sostenga una un encuentro con periodistas, donde se buscará bajar la tensión que hay el pueblo con los atropellos a motoconchistas de Hato Mayor.
El notorio distanciamiento entre los motoristas, sectores importantes de la comunidad y los miembros de AMET, algunos de cuyos miembros utilizan violencias calificada de abuso de autoridad contra civiles que conducen motocicletas sin estar provistos del casco protector que manda la Ley, es lo que presagia que en cualquier momento pueda producirse una muerte innecesaria.
Mientras se persigue a los motoconchistas, ocurre que casi a diario la población observa a policías, militares y miembros de AMET conduciendo su respectivas motocicletas o passolas sin ningún tipo de protección en la cabeza, a pesar que la Ley es para que sea cumplida por hombres y mujeres, incluyendo las autoridades que tienen que velar por el cumplimiento de las disposiciones del Congreso Nacional.
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