San Juan,Puerto Rico. (Sábado 25 de diciembre de 2010) Después del susto...la tensa calma, pero lo cierto es que anoche, mucha gente en Puerto Rico, no durmió y no precisamente porque estuvieran de fiesta, sino por el temor a que los tomaran desprevenidos nuevas réplicas del fuerte sismo que remeneo la isla a las 7:43 de esta recién pasada noche buena. Unos trataron de pasar la noche como se dice en buen jibaro:
"Con un ojo cerrado y el otro abierto...pa'por si acaso", como hizo Omar Laboy, un empleado del gobierno, residente en Caguas, una de las ciudades dónde con más fuerza se sintió el sismo.
Laboy, decidió que lo mejor era que su esposa y los tres hijos, descansaran y el se quedó en guardia toda la noche, colando café, chequeando el internet y atento al más leve ruido que se asemejará a los carácteristicos de un sismo. A las 7 de la mañana de este primer día de Navidad, entregó a su esposa la responsabilidad de no cerrar los ojos y velar a los niños.
Por doquier, sea en Gurabo, en Juncos, Las Piedras, Patillas, Guayama, Ponce, Cupey, Mayagüez, Luquillo, Vieques, Arroyo, Cayey, Naranjito, San Juan, Carolina, Guaynabo y en Aguas Buenas, dónde se estableció el epicentro del terremoto, las historias de histeria, nervios y arrepentimiento se repiten.
Se habla de feligreses que dejaron iglesias solas, mientras los bancos trepitaban; comensales que veían como literalmente vasos y copas se alzaban desde las mesas y optaban por dejarlo todo y salir afuera del restaurant; personas semidesnudas corrieron calle abajo, otros enjabonados y cubriendo su intimidad con una toalla y no faltó el cuál arrodillado en plena calle suplicaba del creador perdón por sus pecados.
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