Lic. Juan Francisco Melo
El liderazgo es una tensión dinámica entre lo que piensa un político que quiere para su país o provincia y donde quieren ir sus votantes. Las iniciativas osadas que dejan a los votantes detrás, que no tomar en cuenta el sentir y deseo del pueblo, no es un acto de liderazgo sino un acto de arrogancia, caprichosa, inorancia, y un poquito de egoísmo mediocre del político.
La respuesta no es objetar o negar el cambio, sino buscarlo con sabiduría política, un gobierno nacional o local que es tímido, tibio y débil deja la iniciativa a los demás , generalmente enemigos y reduce al líder político a un jugador que depende de los buenos tiempos y la suerte para que lo lleve a donde quiere ir.
En política el líder no puede jugar a la suerte, no puede jugar esperando que el pícher esté débil o descontrolado para venir a buscar una oportunidad de triunfo, aunque hay muchos políticos que juegan a la NO CONFRONTACION, NO CONTRADICION, NO CHOCAR CON NADIE, NO DECIR NADA, NO PARTICIPAN EN ACTIVIDADES CONFLICTIVAS, SON DE TODAS LAS IGLESIAS, pero no creen en DIOS.
Abrazan los adversarios políticos primero que a los de su propio partido, hacen lo que el pueblo le gusta y quiere, pero en fecha específica y luego se desaparecen del escenario político, pero con toda esa falta de carácter tienen un plan que se llama su imagen para mantener un carisma en los votantes, no son líder, no tienen estructura partidaria, pero tienen carisma y el líder se ve en la obligación de asumirlo por el bien del partido porque representa una opción de poder.
El arte del liderazgo es mantener un impulso lo suficientemente adelantado como para controlar los acontecimientos y mover la política pública sin perder el apoyo del público. En el pasado, tenían que confiar en la intuición para tener éxito en la actividad política.
Lincoln tuvo que darse cuenta cuando podía emancipar a los esclavos sin los estados fronterizos, Kennedy tuvo que controlar el alcance de la indignación pública por la discriminación racial, antes de poder arriesgarse a perder el sur defendiendo una legislación de derechos civiles.
Al igual que la computadora ha reemplazado el Abaco, la maquinaria del fax ha remplazado el mensajero, el teléfono ha convertido el telégrafo en obsoleto, las encuestas de opiniones han sustituido a las suposiciones para medir el liderazgo.
Estamos en la época del internet, facebook, washap, integran, twitter y otros elementos de la comunicación. Las encuestas no reemplazan al liderazgo, un político que gobierna por encuestas fracasará, pero quien ignorara las encuestas perderá su mandato.
Los votantes quieren desempeñar un papel cada vez mejor en la determinación de los resultados de los candidatos políticos, esperan que se le escuche y las encuestas son la forma en que traducimos sus opiniones en un lenguaje que los políticos puedan entender.
Los OPORTUNISTAS políticos no harán que sea impopular, no deciden dejan que otro decida, no mandan dejan que otro mande. En cambio los IDEALISTAS harán cosas impopulares sueñan con un país mejor, le gusta hacer lo correcto son gente del librito, le gusta sacar producción, les encanta hacer grandes jornadas de trabajos, le gusta todo en orden y organizado.
En los países subdesarrollados y especialmente en la república dominicana el idealista es un liderazgo que no produce carisma, pero si respeto, orden y quizás un poco de temor por el poder que representa, pero tan pronto no tiene ese poder parece un general fuera de un cuartel que ni un raso le hace caso. En cambio para este país el político oportunista es el ideal porque todo dice que sí, pero hay algunos que son oportunistas y no lo saben, pero hoy se enteraron que si son oportunistas.
Hay que tener un poco de oportunistas y agregarle un poquito de idealistas y esta receta no produce impopularidad y da mucho carisma. Un líder debe hacer un inventario de las formas alternativas de alcanzar su objetivo con una mente totalmente abierta, debe extenderse y pedir consejo sobre los programas y medidas que lo llevarán a donde quiere ir.
Un líder idealista no dudara en hacer algo que es impopular, pero un idealista inteligente medirá cuidadosamente la opinión pública antes de hacerlo y desarrollará una estrategia para convencer al electorado. Si un líder se toma el tiempo necesario para entender las preocupaciones de sus votantes, ellos entenderán por qué tuvo que tomar tal o cual decisión
Muy a menudo los lideres no piensan cuidadosamente antes de adoptar una posición impopular, son intelectualmente perezosos les resulta más fácil adoptar la pose de mártir (por un lado) o recurrir a la demagogia (por el otro lado ), que pensar primero con su equipo de asesores, como adoptar una medida impopular que le permita sobrevivir. Un político puede hacer lo que le parece que está bien, solo tiene que ser sofisticado en la forma en que se trate el asunto.
El liderazgo debe estar acompañado de una encuesta, para tomar las decisiones populares que quiere el electorado y trabajar con este resultado en la parte sensible del electorado para lograr un buen carisma, es difícil ser un líder carismático, pero se logra con las herramientas que aporta el neuromarketing político.
elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
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