Por José Luís de Ramón
Socio Director
En los Estados Unidos, el 2016 pasará a la historia por ser el año en el que la educación universitaria se coronó como el principal criterio de elegibilidad a la hora de obtener un empleo.
Este año es la primera vez en que los trabajadores con títulos universitarios son más numerosos que los de otros niveles de educación, representando el 36% de la fuerza laboral. Los que tienen un grado de bachiller o menos escolaridad pasaron a ser un 34% (de ser un 39% en 2007). El 30% restante son empleos de personas con un grado técnico o con parte de una carrera universitaria. La información está contenida en un estudio reciente de Georgetown University.
La explicación está en que los empleos perdidos tras la crisis de 2008 no son los mismos que se han recuperado. De los 11.6 millones de empleos creados desde 2008, el 99% (11.5 millones) fueron para trabajadores con al menos alguna educación universitaria; 73% fue a trabajadores con una licenciatura o un nivel universitario superior.
Los que más empleos consiguen son los que tienen un grado universitario de maestría o superior: ganaron 253,000 empleos durante la recesión y 3.8 millones en la recuperación.
Los avances tecnológicos tienen años desplazando mano de obra de baja calificación. La OIT estima que los países desarrollados generarán de 2015 a 2017 unos 1.4 millones de empleos mientras que los subdesarrollados perderán 4.4 millones.
Ya sabemos para quien habrá empleo: para los más educados. Formar buenos universitarios es la nueva meta del país. Sabemos que estamos atrasados. Todo esfuerzo en educación básica, media o universitaria es necesario.
elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
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