SANTO DOMINGO.- Para seguir afianzando el turismo en la sostenibilidad, República Dominicana debe dejar de pensar en lo micro y concentrarse en lo macro.
“Debemos dejar de pensar en proyectos puntuales sostenibles y empezar a hablar de destinos turísticos sostenibles, donde todos los eslabones de la cadena de valor asuman compromisos rigurosos con sus propias operaciones (hoteles, restaurantes, transporte terrestre, aéreo, marítimo, excursiones, tour operación), explicó, Lissette Gil, la exdirectora ejecutiva del Consorcio Dominicano de Competitividad Turística (CDCT).
La experta en turismo sostenible considera que el país se encuentra avanzando y aprendiendo y muestra de ello es que existen proyectos que sí integran de forma continua innovaciones para ser más sostenibles; además de que el tema es habitual en los discursos de empresarios, funcionarios del gobierno e incluso comunidades.
Indicó que para el 2000 pocos conocían la palabra sostenibilidad en el ámbito turístico.
“Hoy, sin embargo, contamos con una Estrategia Nacional de Desarrollo que se fundamenta en los principios de la sostenibilidad para enmarcar el desarrollo integral de nuestro país, a través de impulsar los distintos sectores productivos”.
Otro avance que destaca es el hecho de que el Ministerio de Turismo (Mitur) inició desde hace muy pocos años, procesos de planificación territorial y de planificación turística como pasos previos al desarrollo.
“Esto ha sido un elemento ausente en el desarrollo de los primeros polos turísticos del país, lo que ha generado una dinámica desorganizada que indudablemente redunda en la calidad de los destinos turísticos, de su rentabilidad, de la calidad de vida de los residentes y sobre todo en la experiencia misma del visitante”, expresó.
Además, dijo que los avances son significativos pese a que algunos utilizan el término sostenible de forma puramente estética.
Resaltó dos elementos fundamentales. El primero, la falta de planificación de los destinos turísticos del país partiendo de los criterios de sostenibilidad.
Para que un proyecto sea sostenible, comenta, debe asumir con rigurosidad los tres pilares de la sostenibilidad: lo ambiental, lo social y lo económico.
“Si un proyecto asume lo social y lo económico pero no contempla lo ambiental, no es sostenible y terminará deteriorando el entorno, que es parte del valor intrínseco del producto turístico en sí”, dijo.
También, agregó que, “Hemos adolecido de una visión integral de los territorios y nos hemos enfocado en el pasado, en enclaves hoteleros. Dicho esquema dejó de ser vigente hace mucho tiempo y no responde ya a la demanda del turista del siglo XXI. Es necesario la planificación del espacio turístico y el desarrollo de propuestas abiertas, integradoras, seguras y que permitan el disfrute libre y autónomo del visitante”, según Listín Diario.
Gil explicó que se entiende por turismo tradicional aquel que promueve la masificación, el enclave y un modelo de negocios vertical concentrado en zonas costeras para ofrecer fundamentalmente el sol, la arena y mar (sun, sand and sea), justo el modelo que se ha desarrollado en los principales polos del país durante los últimos 50 años.
“El esquema ha ido evolucionando poco a poco y existen propuestas que han ido innovando este modelo de negocio, sobre todo en el ámbito de la hotelería dominicana. Hay hoteles bajo el modelo de ‘all inclusive’ que han asumido políticas de sostenibilidad realmente destacables”, manifestó.
Para la asesora del proyecto “Transformando la cadena de valor del turismo (cambio climático”), que ejecutan la Oficina Nacional de Estadísticas y el Ministerio de Medio Ambiente, en RD existen muchos ejemplos de propuestas turísticas “no tradicionales” que elevan la calidad de la oferta y del servicio turístico.
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