Stephen Curry, de los Warriors, se eleva para anotar el canasto ganador en el partido del viernes frente a los Rockets de Houston. |
Un día después de su inesperada derrota ante los suplentes de los Indiana Pacers, los Warriors estuvieron a un paso de dar otro disgusto a su afición el viernes ante los Rockets, el peor equipo de la Conferencia Oeste.
Curry, con 22 puntos y 12 asistencias, salvó el ridículo con una canasta en el último segundo que colocó el 105-103 final para los Warriors, segundos del Oeste.
El base, tres veces campeón de la NBA y dos veces MVP (Jugador Más Valioso), es el mejor tirador de la historia de la liga y una de sus figuras más talentosas pero hasta ahora no había anotado el tiro que decidía un partido sobre la bocina.
"¡Ya era hora de que hiciera uno! Es el primero que hago", dijo con un grito de felicidad Curry, de 33 años.
Los Rockets dominaron durante buena parte del partido aprovechando el flojo arranque de Curry, que sumaba 6 puntos al descanso con 1/9 en tiros de campo.
Poco a poco los Warriors fueron remontando la desventaja, que llegó a ser de 15 puntos, hasta llegar a un apretado final en el que, con empate a 103, Garrison Mathews falló un triple para Houston a 5,1 segundos para el final.
En la última posesión, Curry avanzó a canasta, dio un paso hacia atrás para distanciarse de su defensor y clavó el tiro de seis metros que desató la euforia del Chase Center.
Curry cruzó corriendo la pista hasta ser detenido por sus compañeros para festejar el triunfo mientras los jugadores de los Rockets presenciaban atónitos la escena.
"Todo este partido fue una locura", reconoció Curry. "De un lado a otro, estábamos como atascados en el barro y tratando de encontrar la salida. Todo el mundo contribuyó. Todo ha sido competición y un poco de garra".
Los Lakers toman aire
Sometidos a fuertes presiones, Los Angeles Lakers se dieron un respiro el viernes al derrotar 116-105 a los Orlando Magic, último clasificado del Este.
El técnico angelino, Frank Vogel, llegaba al choque duramente cuestionado después de cuatro derrotas en los cinco partidos anteriores.
Vogel volvió a experimentar con diferentes quintetos en pista pero, a diferencia de la derrota del miércoles ante los Pacers, no optó por sentar al discutido Russell Westbrook en los últimos minutos.
Westbrook, que no quiso atender a la prensa tras su suplencia ante Pacers, terminó con 18 puntos y 11 rebotes.
"Estaba molesto por ello", reconoció el base sobre su reacción tras la derrota del miércoles. "Más por no ganar el partido, que era lo más importante".
"Yo he hecho todo lo que se me ha pedido desde que llegué aquí", recalcó el MVP de la temporada 2017. "Frank decidió lo que creía que era lo mejor. Mi parte como jugador y profesional es hacer mi trabajo y encontrar formas de impactar para la victoria y es lo que traté de hacer esta noche".
Por su parte, LeBron James logró 29 puntos y sostuvo al equipo en varios momentos difíciles de la primera mitad.
Bulls pierden liderato del Este
En otro de los 11 partidos de la jornada, los Milwaukee Bucks sufrieron para doblegar 94-90 a los Chicago Bulls, que dejaron el liderato del Este en poder de los Brooklyn Nets.
De la mano de DeMar DeRozan, que logró 35 puntos, los Bulls resistieron hasta el final ante los vigentes campeones pese a las ausencias de los lesionados Zach Lavine y Lonzo Ball.
El griego Giannis Antetokounmpo, con 30 puntos y 12 rebotes, y su escudero Khris Middleton, con 16 y 10, comandaron a unos Bucks que se asoman a lo más alto del Este tras un inicio irregular de campaña.
En su turno, los Memphis Grizzlies vencieron 122-118 en la pista de los Denver Nuggets en un duelo entre dos candidatos al premio MVP.
El serbio Nikola Jokic, todavía dueño del galardón, firmó su cuarto triple doble consecutivo con 26 puntos, 11 rebotes y 12 asistencias para los Nuggets.
Ja Morant, la estrella de los Grizzlies, llegó a 38 puntos y 6 asistencias.
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