Por Mercedes Castillo,
pasada presidente CDP
El entrevistado es el más importante en la entrevista, porque es quien va a contestar las preguntas que le haga el periodista, con el fin de ofrecerle al público las respuestas esperadas y nuevos conocimientos sobre el tema a tratar.
El periodista debe crear un ambiente adecuado, para que su entrevistado se sienta cómodo y a gusto, en confianza, alejado de sospechas y de encerrona.
Una vez el periodista toma la decisión de hacer la entrevista, debe examinar muy bien el tema, dominar la temática a tratar para poder hacer buenas preguntas al entrevistado. Luego solicitar al posible entrevistado concederle el honor de entrevistarlo sobre el tema elegido y ya estudiado.
Aceptada la solicitud de entrevista, el entrevistador debe llegar antes que el entrevistado al lugar de la entrevista, para colocar cada cosa en su lugar y coordinar bien con el técnico de turno, de manera que todo salga bien.
Debe vestirse profesionalmente para el momento, (traje, calzado, accesorios y maquillaje apropiado) expresando de forma solemnidad y respeto a su entrevistado y al público. Igualmente, el entrevistado debe vestirse adecuadamente. La higiene, delicadeza y la elegancia deben estar presentes.
Antes de iniciar la entrevista pautada para la hora acordada, el entrevistador presenta formalmente su entrevistado. Su formación, experiencia, trabajo actual y aportes a la sociedad, si los tiene y además, expresarle gratitud por concederle la entrevista.
El periodista nunca debe hablar más que el entrevistado. Su obligación profesional debe formularle las preguntas bien argumentadas, para que el entrevistado "suelte prendas importantes" (datos e informaciones valiosas).
La meta debe ser lograr una buena entrevista. Que el entrevistado se explaye respondiendo las preguntas. En ese momento lo que diga, exprese, anuncie o acuse es lo más importante, eso es lo que busca el periodista con la entrevista.
El entrevistado debe saber y sentir que está siendo entrevistado profesionalmente, que no habrá preguntas complacientes ni capciosas, sino, que las preguntas tendrán el rigor profesional requerido. De lo contrario, la entrevista perderá interés y dejará de ser importante para el propio entrevistado y para el público.
El desarrollo de la entrevista debe ser lo más profesional posible, pues aún sean amigos o conocidos, nunca el periodista debe tutear a su entrevistado en medio de la conversación, ni insultar, ni tampoco hablar muy alto. Al contrario, debe nombrarle "usted', como señal de respeto y por cortesía tenerle agua y un escenario agradable.
El final de la entrevista debe ser muy bueno y para lograrlo, el periodista debe reservar una excelente pregunta, que el público quede satisfecho. De esa manera, cerrar con broche de oro la entrevista, reiterando el agradecimiento de haberle complacido concediendo dicha entrevista, al tiempo de reiterarse a sus órdenes.
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