Juan Francisco Melo.
En estos últimos años hay muchos descubrimientos en todas las áreas de la ciencia que están teniendo un eco especial en el cerebro humano y por esta razón la última década del siglo veinte fue llamada década del cerebro y a este siglo se ha denominado siglo del cerebro para hacer referencia a la gran cantidad de investigaciones y descubrimientos que se están realizando sobre este tema.
El cerebro es la estructura más compleja del universo, nos ha dificultado su estudio a lo largo de la historia, sin embargo se han desarrollado técnicas que permiten analizarlo cómo nunca antes se había realizado.
La resonancia magnética cerebral permite estudiar su anatomía en vivo, además sabemos que zonas cerebrales se activan cuando realizamos cualquier función, ya sea mover un brazo, cantar o decidir si vamos a comprar un tapao de huevo o un churrasco Angus.
Un poco más avanzado Open BCI, el casco para controlar dispositivos con la mente, con esta herramienta de código abierta el usuario puede manipular su ordenador con el cerebro.
Con estas herramientas conocemos qué áreas cerebrales el cliente va a comprar un producto, cuáles se activan sí le gusta, cuáles le disgusta, si lo percibe como caro o nunca lo compraría.
Además con este avance hemos dado un paso delante y ahora sabemos que podemos influir en el cerebro y activar ciertas áreas que intervienen en las decisiones para que esa persona opte por la alternativa que a nosotros nos interesa y nos conviene, con esta herramienta estamos abriendo la puerta a la manipulación científica de las personas, que soy de opinión que no es ético su aplicación.
En la actualidad podemos aplicar los descubrimientos de la neurociencia a la aplicación de estrategias empresariales, averiguar que características deben tener las imágenes publicitarias para que sean más fácilmente recordadas por los consumidores, que es lo que más despierta sus emociones en los potenciales votantes y además permite desarrollar campañas electorales más eficientes.
En los últimos años hemos visto un gran florecer de las disciplinas afines a la neurociencias debido a los nuevos conocimientos científicos, de esta forma no es difícil encontrar términos como : neuromarketing político, neuroeconomia ,neuromanagement, neuroarte, neuro lingüística.
A pesar de que la neurociencia existe desde hace más de un siglo, el término neuroeconomia procede desde el año 2002, en el que un psicólogo llamado Daniel Kahneman ganó el premio Nobel de economía, gracias a sus estudios sobre la conducta de los seres humanos en los aspectos financieros, combinado de un modo irreversible la forma de ver la economía. Desde entonces el sector financiero a tenido grandes avances para manipular la relación de los clientes con su economía y endeudarlos hasta perder su vida.
Sin embargo el enorme desarrollo de la neuroeconomia ha sido tan espectacular que ha dejado de ser una rama de la neurociencia para llegar a tener sus propias ramificaciones.
De este modo el neuromarketing ha surgido como aquella disciplina que se encarga de estudiar como los clientes y consumidores toman sus decisiones de compra, la neurofinanza para analizar el modo en el que nuestro cerebro utiliza los términos económicos. La neuro política evalúa y manipula el cerebro de los votantes y el neuromanagement utiliza estos conocimientos para lograr el máximo desarrollo empresarial.
El enorme interés que está suscitando el aumento de las inversiones y los nuevos descubrimientos que se están apareciendo en el ámbito de las decisiones humanas, permiten un gran crecimiento de la neurociencia . Ya acabamos de pasar el punto crítico en el que no hay vuelta atrás, debemos hacer frente al aluvión de conocimientos y aplicaciones que nosotros mismos hemos creados.
Los mercados de valores, los bancos y los gobiernos aplican la neuroeconomia, pero usted puede ignorarla bajo su propio riesgo.
Juanfmelo.
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