Juan Francisco Melo.
Phineas Gage se supone uno de los primeros casos en los que la neurociencia pudo estudiar el funcionamiento del sistema de recompensa cerebral. Se trataba de un obrero de Ferrocarril Americano que en 1848 se encontraba trabajando en una de las vías férreas más importante de EUA, su trabajo era llevar a cabo la técnica de barrenado, que consistía en hacer perforaciones en las rocas que debían ser eliminadas para que allí pueda pasar la vía.
Este procedimiento consistía en realizar una perforación y después llenar hueco de pólvora y arena para sellarla. Phineas apretaba la mezcla fuertemente y varias veces con una barra de hierro y la prendía con fuego, de tal modo que estallaba la roca y dejaba limpio para poder seguir construyendo las vías férreas del tren.
Un buen día Phineas se encontraba más distraído de lo normal, hablando con sus compañeros de trabajo y olvido echar arena antes de presionar con la barra de hierro, con la mala fortuna de que la fricción de esta dio lugar a una chispa y luego a otra chispa que hizo prender la pólvora.
La perfección actuó a modo de un cañón y la barra de hierro salió disparada atravesando la cabeza del señor Phineas.
Esta barra tenía una dimensión de 1.5 mts de largo, 3 cm de ancho y un peso de 6 kilos .
(Imagen: Fuente Externa) |
Phineas ya no era el respetado señor Gage, al contrario de lo que había sido, ahora era irrespetuoso, era incapaz de razonar y de tomar decisiones, perdió varias veces todo su dinero, no podía mantener durante mucho tiempo su puesto de trabajo en ninguna empresa y terminó trabajando en un circo exhibiendo su herida.
Muchos años después, a partir de que su craneo se reconstruyó la dirección que había seguido la barra de hierro y que zonas cerebrales había dañado.
Mediante varías técnicas neurorradiologica en tres dimensiones se comprobó que las áreas dañadas correspondían a las del sistema de recompensas cerebral, en concreto a la corteza prefrontal de ambos hemisferios cerebrales.
Al tener estas zonas dañadas el señor Phineas perdió su capacidad de tomar decisiones racionales, es decir evaluar los pro y contra de las decisiones que debía tomar, por tal motivo ya él señor Phineas no volvió a ser el mismo.
El caso del señor Phineas provocó una revolución en el panorama de la neurociencia, convirtiéndolo en un personaje famoso muchos años después de su muerte.
En la actualidad su craneo y la barra de hierro se conservan en la facultad de medicina de la universidad de Harvard.
Cuantas personas iguales al señor Phineas tenemos en el mercado, pero usted debe utilizar la neurociencia, neuromarketing, neuroeconomia, neurofinanza y los hemisferios cerebrales para realizar grandes negocios, pero usted puede ignorarlo a su propio riesgo.
Juanfmelo.
1 comentario:
muy interesante
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