miércoles, 7 de agosto de 2024

Estados Unidos, China, Rusia y Venezuela

Por Federico Pinales.

Todas las dictaduras son malas.

De izquierda, de derecha, del centro o del lado que sea, son todas criminales, corruptas, represivas, abusivas, hipócritas, inmorales e irrespetuosas de los más elementales derechos humanos.

Como las potencias generadoras, promotoras y sustentadoras de las más crueles dictaduras alrededor del mundo, empezaron a tener problemas y a perder terreno frente a otras potencias emergentes, también con orientaciones dictatoriales, decidieron buscar un término agradable que sirviera como lubricante a muchos oídos y a otros les causara sonidos desagradables.

La mayoría de las dictaduras del mundo, atribuidas a “la derecha”, han sido promovidas, sustentadas y patrocinadas por los paladines que cínicamente la han bautizado como “democracia”, la versión opuesta al llamado socialismo o comunismo.

Lo que ha constituido para muchos países su peor desgracia, porque los dueños del mundo la han usado para servirse de los pueblos vulnerables, disfrazando los mismos métodos, con anestesia psicosocial, económica y política.

La lucha entre el llamado socialismo, la monarquía y la mal llamada democracia, tienen un objetivo perverso común y es el siguiente: Apoderarse de los bienes materiales y espirituales de los pueblos invadidos y de los llamados “independientes” aliados o comprometidos económica y políticamente.

Esa doble dependencia obliga a muchos países a cubrirse bajo determinadas sombras geopolíticas o recibir órdenes que a veces se ven obligados a cumplir, so pena de ser acusados de narcotraficantes, terroristas y otras clases de delitos contra la humanidad.

También con las excusas de “proteger derechos humanos” y evitar la proliferación de armas de destrucción.

Con argumentos parecidos fueron invadidas Iraq, Libia, Afganistán, Ucrania y por el nuevo escenario político, se avizora Venezuela.

País al que empiezo a visualizar como la Ucrania de América Latina, comparando los acontecimientos políticos de Ucrania en el año 2014 y su evolución hasta el presente, es decir, 10 años después.

A Rusia, a China, ni Estados Unidos les interesan los derechos humanos ni la democracia de Ucrania o Venezuela.

Sus principales motivaciones son los enormes recursos naturales y mineros de ambas naciones, además de sus ubicaciones estratégicas y los enormes intereses económicos que todos tienen invertidos.

Según la información que circula recientemente, Estados Unidos está decidido a sacar a Nicolás Maduro y a su régimen por las buenas o por las malas. Pero Rusia, China e Irán por otro lado, están dispuestos a defenderla, hasta militarmente, si fuere necesario.

México, Brasil y Colombia, las tres democracias más sólidas y los tres países de Sudamérica más poderosos e influyentes, están asumiendo una posición neutral y les están exigiendo a Maduro la entrega o presentación de las actas que lo certifican como vencedor, como forma pacífica y civilizada de arribar a una solución saludable para todas las partes, y quitarle a los Estados Unidos su justificación para invadir la patria de Bolívar.

Para evitar un polvorín de consecuencias inimaginables, sería recomendable que los actores hegemónicos se pongan de acuerdo y dejen de seguir jugando con fuego, por el bien de la humanidad.
(pronosticamedia.com)

 

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