Por Federico Pinales.
Es un sunami, peor que un diluvio que, humanamente, está provocando el presidente Donald Trump, para complacer a los rubios.
Ese odio visceral hacia quienes ellos consideran inferiores, Los está llevando a cometer errores, que a la humanidad le está produciendo temores, y que dentro de poco se convertirán en dolores.
Pienso que todo eso es una bola de humo, para entretenernos y complacer a los rubios racistas que odian a los negros e hispanos y se consideran dueños del mundo.
Lo triste, irónico y doloroso es que, dentro de las mismas víctimas de esos rubios, hay negros e hispanos, incluyendo compatriotas míos, que son más racistas que los anglosajones, porque erróneamente se consideran blancos, por haber nacido con el color de la piel más clarita, que a quienes ellos llaman “negros comida de puercos”, como a veces suele escucharse en boca hasta de dominicanos.
Como Donald Trump conoce esa psicología, está usando de instrumento a su responsable del departamento de Estado. Un trigueño cubano americano que también se cree rubio, no solamente porque lleva el apellido Rubio, para anestesiar a los pueblos latinoamericanos, y evitar así que sientan los efectos de las sagas que les están introduciendo sigilosamente.
Así como lo hicieron en la campaña, haciéndoles creer que, de llegar al poder, iban a hacer todo lo contrario de lo que están haciendo ahora.
Aumentándoles el costo de la vida y de todos los productos de consumo humano, a través de unos aranceles, que no son más que impuestos disfrazados, a la población que los eligió, confiando en sus acostumbradas mentiras.
Es cierto que hay antisociales que no merecen circular por las calles de ningún país.
Todo aquel que tenga el valor de enfrentarlos responsablemente, sin demagogias políticas, merece el apoyo colectivo.
Lo que no se debe permitir ni aceptar sumisamente, es que se pretenda calificar a todos los inmigrantes como “delincuentes” y mucho menos que sean repatriados en forma denigrante y humillante, sugiriendo que son vulgares asesinos y criminales de la peor calaña.
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