martes, 15 de febrero de 2011

CONVERSACION DE DOS “BULTEROS” EN UN CARRO DE CONCHO


Por Henry Osvaldo Tejeda  Báez

Me cuenta un chico del barrio, que fue a hacer unas diligencias al centro de la ciudad de La Romana con otro amiguito suyo, ambos canchanchanes de jugarretas de muchachos, y cuando regresaron, se montaron en un carro del transporte público.

Quiero decir que, a esos muchachos los conozco bien porque los veo todos los días, también a sus familias y no hay nada de malo en ellos pero, de que son unos jodones, y que les gusta hacer bulto con tal de impresionar a los demás para luego hacer los cuentos a los demás amigos, eso es indudable.

Me cuenta el  buen pilluelo que, en el carro en que se montaron habían tres pasajeros mas, entre ellos un haitiano, una señora evangélica y otro señor de aspecto bonachón; todos de extracción humilde, muy humilde al igual que mis héroes del cuento, cuyas familias no tienen ni en qué caerse a muertos.

 _La conversación la entablamos, pero solo fue por joder y pasar el rato  echándole vainas a los pasajeros y al chófer -me aclaró el jovenzuelo-

Aquí va la conversación entre ellos.

_Mira flaco, toy caliente con mi papá -dijo el mas "rollizo" (léase gordo)
_Y, qué pasó loco? -dijo el flaco-
_Na, que le cogí la jipeta sin su permiso y me fui a "rututeá" pa Caleta y aunque no me pasó na, me dijo toa la vaina que le vinieron al caco; luego me "encarriló" (léase, persiguió) con un palo de guayaba y si no me meto en el callejón de un vecino, ahora tuviera yo el caco ma "aplatao" que una "empaná de catibía". (catibía, raíz de la yuca guayada que se come frita)
¡Diablo, loco, pero e'que tu ta de remate, ¿cómo tu hace eso, esa jipeta cueta como do millone de peso. -le dijo el  flaco-

_Pero eso no'e na -siguió el gordo- el otro día por poquito me mata, porque gaté ma de die mil peso de mi tarjeta de crédito, comprando diparate en el pueblo. -dijo el gordo-
Ahora solo me quedan en el banco como 40 mil pesito, eso e' igual a ta "arrancao" (falto de dinero) con ese "chin"  (poco,  poquito) de cuarto.

Cuando los demás pasajeros oyeron eso, voltearon la cara para ver al millonario que hablaba. No se podían imaginar que un chico tan rico, fuera metido en un destartalado carro de "concho" (transporte).

_Hace como un me -siguió el gordo-, mami llamó de Boston pa'decime, que si no me portaba bien no me iba a mandá ma dólare, y me dijo que borre lo del carro que me iba a mandá, que ni piense en eso porque le han dicho que toy sacando mala nota.

Los pasajeros estaban admirados con esta conversación; el chofer, que quitó un reguetón para oir al presidente de la república dando un discurso, apagó el radio porque lo que escuchaba, era mas entretenido que cualquier discurso del presidente y que cualquier reguetón que estuviera sonando. Al fin y al cabo -pensó el chófer- el reguetón es una mierda y lo que habla el presidente es igual a un reguetón.

_Entonce loco, que vamo a hacé ahora contigo andando a pie? -Dijo el flaco, que al parecer era el copiloto en esas travesuras de ambos-
_No le pare a eso loco, vamo a alquilá un carro pa'l fin de semana, y a gozá la vida loca.
_¡Santísimo Dios!  Que el Señor los proteja! -dijo la señora, que hasta ahora solo escuchaba a los chicos, aprovechó el momento y les dijo:
_¿Porqué no se convierten al señor jovencitos?
_Pero, convertirno a qué, nosotro no le hacemo mal a nadie -dijo el flaco, y acotó-
_Uté lo que quiere entonce, e' que no volvamo malo, porque si no convertimo, eso'e lo vamo a se. Nosotro somo tranquilo, lo único malo e' que mi amigo gata mucho cuarto y eso no' e tan malo, su familia es súper millonaria.
_Perdónales Señor, porque no saben lo que hacen -Dijo la señora, callándose luego para no hablar mas-.

En eso, el chófer hace una parada y monta a una jovencita.
_Saludos -dijo la joven-
_Saludos, saludaron los mas mayores-.
Cuando la joven volteó la cara hacia atrás, vió a nuestros héroes y exclamó: _Pero, muchachos!!! qué andan buscando este par de locos por acá, dónde andaban ustedes?
_Hola, Tinita -dijeron los imberbes casi al unísono. _Estábamos dando una vueltecita por ahí, botando el golpe, e'que el barrio ta muy aburrío y quisimo etericá (alargar) la pata -Dijo el flaco-

El chofer, no se sabe si por curiosidad o, porque sospechaba que esos chicos eran unos "bulteros" le preguntó a la chica: ¿Conoce usted a esos muchachos, jovencita?
_Pero claro que si, estamos en el mismo curso -dijo la chica- son un par de idiotas que viven relajando el día entero.
El chófer volteó la cara hacia el gordo y le dijo:
_Mire joven, me gustaría que sigamos hablando de esa jipeta de tu padre, y de la madre tuya que vive en Boston, porque....
No terminó la frase, porque el gordo le interrumpió diciéndole: _Chófer, déjano aquí, ahora recuerdo que tengo que pasar por el Mercado Viejo.
El chófer se sonrió y no dijo mas nada, solo pensó: "Coño, que juventud la de hoy".
Cuando se iban, el chófer les dijo: _Hey, tengan el cambio, les sobra diez pesos, puede que les haga falta para la gasolina de la jipeta,  ja ja ja aja -Riéndose el chófer, dijo en voz baja:  "Par de caga patio".

Ya solos, nuestros héroes iniciaron este diálogo:
 _Mira gordo del carajo, yo no tengo cuarto pa' llega al barrio, tu te pasate de loco diciéndole que nos dejara por aquí tan lejo del barrio y pa' colmo, le dejate el cambio por ta de agentao (echárselas de gente importante).
_Ajá, y qué carajo quería que hiciera? Acaso no vite al  aqueroso chofer ese, que empezó a hablá mierdería y se ponia a mira a Tinita y tu sabe que esa maldita loca e'demasiao "jabladora. Si el cháfer le cuenta to lo que dijimo, mañana mimo lo sabe to'el colegio y ahí si no jodimo de verdá-
_Pero, eso e'bueno que te pase por "Jabladór".


elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
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