Por Henry Osvaldo Tejeda
Olegario Pérez, está enfurecido por los precios de los combustibles y la carne de pollo, por los apagones y por otras vainas más que hacen de la vida del dominicano, un puro desastre.
Se va a uno de los programas de panel que se transmite en una emisora local y pide externar sus quejas. Allí lo reciben y lo introducen en la cabina de transmisión.
El panelista"
_ Señor, diga usted su nombre por favor, y explíquenos cuál es el motivo de su visita a esta emisora.
_ Mi nombre es Olegario Pérez, y no es un motivo, sino, un paquete.
_ Bueno, con toda la decencia que puede caracterizar a una persona de su edad, dígale al pueblo sus quejas, por favor.
Olegario se "acoteja" en la silla giratoria, se ajusta el sombrero, tose un poco para aclararse la garganta, y comienza.
_ Mire, yo he venido aquí, porque ya estoy con la sica en el cuello, vivo una vida de puro encojonamiento. Mire, ahora mismo, usted me pone una batata en cualquiera de mis orejas, y de seguro que se le asa en un santiamén.
_ Pero Don Olegario, usted vino a incomodarse la vida aquí o a decir lo que le pasa? -Le dijo otro de los panelistas-
_ Es que lo que me está pasando, no es a mi sólo que me pasa, es a todo el país. Con decirle que, yo gano al mes 15 mil pesos y, con los descuentos, me salen como catorce mil pesos más unos chelitos.
¿Creen ustedes que esa vaina me da para nada, si cada vez que voy a comprar cualquier "pendejaíta", ya ha subido de precio?
_ Tiene usted toda la razón, Don Olegario, dijo uno de los panelistas, solidario con Olegario a la vez que lo instó a seguir.
_ Miren amigos, vayan calculando lo que les voy a decir: de los 15 mil pesos que gano, pago cinco mil pesos de alquiler, pago dos mil de colegio por dos niños que tengo, aparte del pasaje y cualquier mierdita que se puedan comer en el recreo, se me van cien pesos. ¿Cuántos van? -Preguntó-
El panelista sumó: 5 mil más dos mil, mas cien y dijo:
_ Van siete mil cien pesos.
_ Muy bien, dijo Olegario. Ahora, métamele a eso el pago de los fiaos en el colmado de mi compadre Adriano que son, seis mil "tululuses" más, ahora van, trece mil pesos.
14,500
"A eso súmele, novecientos pesos de luz, seiscientos del Cable (televisión), y debo decirle que, no tengo teléfono porque entonces sí, que la puerca retorcería bien el rabo". Ya vamos por 14 mil quinientos, eeeehhhh? ¡Mírenlo ahí, ya se acabó ahí mismo el sueldo!, pero eso no es nada, ahora es que viene lo sabroso. Señores, yo soy diabético. ¿Con qué dinero podré yo mantener una enfermedad tan maldita como esta?
Los panelistas, se quedaron mudos y hasta hubo un silencio que, fue roto por Olegario cuando dijo casi voceando:
_ Es el Diablo que me está llevando, estos malditos precios nos están jodiendo a todos. ¿Para dónde coño, es que estos políticos ladrones están llevando a este país?
_ Pero, cálmese Don Olegario, estamos en radio y, no es bueno decir malas palabras porque nos pueden cerrar el programa, dijo uno de los panelistas.
_ Lo siento, pero, coño, miren cuáles con mis condiciones, me estoy muriendo y no tengo para mis medicamentos, mientras allá en las alturas, hay gente robándose el sudor de mi frente. ¿Debo estar conforme? Claro que no, así es que, un coño que yo diga como desahogo, no es suficiente para lo que estoy pasando.
Y por último, no tengo medicamentos y tengo el azúcar muy alto, por tanto, debo decirles a ustedes que, en mi casa, tengo una escopeta y voy a tener que hacer uso de ella.
Me voy ahora mismo para La Calle, porque yo no me voy a dejar morir sin hacer nada.
El general de la policía, quien estaba escuchando el programa, desde que oyó que Olegario iba para la calle con una escopeta, envió una patrulla a la emisora, para detenerlo.
La patrulla llegó, cuando Olegario estaba saliendo de la emisora y se lo llevaron ante el general, quien le dijo:
_ Así es que es usted, el valiente que va para la calle con una escopeta a resolver su problema, eeeeehhh?
_ Claro que soy yo, pero no soy ningún valiente, sino, una persona enferma que no tiene con qué comprar sus medicamentos.
_ Pero, usted debe saber que lo que usted va a hacer, puede llevarlo a la cárcel, le dijo el general.
_ Que quéeee? Y quién le ha dicho que, lo que voy a hacer es ilegal? Y, es loco que usted cree que estoy? -Dijo Olegario, alterado-
_ Entonces, explíqueme usted qué es lo que va usted a hacer en la calle con su escopeta.
Olegario, con toda la calma del mundo le dijo:
_ Mire general, mi escopeta tiene permiso, y quiero ir a La Kalle, así mismo, con K, que es la emisora que está en el sector de VIlla Verde, a ver si allá me la compran para su guachimán, para yo poder comprar insulina.
_ Jajajajajajajajajajajaaja.... ¡Despachen a este hombre! Ordenó al instante.
elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
Imprimir
1 comentario:
Genial, que buena inventiva! jajaja
Publicar un comentario