Socio de Economía
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SANTO DOMINGO.- Un sector al que se le da poco énfasis en la agenda público-privada de desarrollo social y económico es al de los discapacitados. En el país existen actualmente 2.3 millones de casos de discapacidad (una persona puede tener más de una discapacidad). Estos discapacitados sufren factores que afectan su visión, audición, movimiento, mente y capacidad para hablar.
Un factor natural que tiende a incapacitar a los individuos es la vejez, ya que afecta a un 28% de los casos de discapacidad en la población que tiene más de 70 años. Pero la edad no es el único factor, y como muestra el gráfico, también tenemos niños, adolescentes y adultos que sufren de distintas discapacidades.
Diversos estudios de la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial argumentan que la discapacidad es “un asunto de desarrollo”, ya que afecta en temas como la asistencia de niños a la escuela, la reducción de oportunidades de empleo, una mayor dificultad de salir de la pobreza, el acceso limitado al transporte y mayores costos de manutención por la naturaleza misma de su discapacidad.
En adición a los temas de seguridad médica, rehabilitación, asistencia e inclusión social, la infraestructura local, tanto pública como privada, no está diseñada para brindar ningún tipo de acceso y facilidad a los discapacitados.
Son escasos los lugares con servicios para discapacitados, como por ejemplo los parqueos marcados, rampas de acceso, señalización y baños accesibles. En las calles hay muchas esquinas que no tienen rampas, ni semáforos que emitan sonidos para que los ciegos puedan cruzarlas. El transporte público no cuenta con acceso eficiente para una persona en silla de ruedas, por ejemplo. Y así puede seguir una lista interminable de factores que los limitan.
Debemos de ponerle más atención a esta problemática.
elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
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