Por Elpidio Tolentino Garrido.
(Tomado del semanario El Tiempo)
Lic. Sugeidy Alvarez Pérez, Directora CCR-15 |
LA ROMANA.- A casi tres años de su inauguración, y convirtiéndose en el receptáculo de cientos de hombres que moraban en la inhóspita Cárcel Santa Rosa, el Centro de Corrección y Rehabilitación Cucama, es un lugar donde el interno se trata como un ser humano, en busca de su real rehabilitación y reinserción en la sociedad.
A decir de quienes conocieron la vieja fortaleza Santa Rosa, hoy la Aldea Cultural Santa Rosa de Lima, era un infierno, en condiciones inhumanas, hombres tratados como animales, y en cada cierto perímetro, un cacique dueño del área y todo el que hacer a su alrededor.
Prof. Isabel Bayana, Sugeidy Alvarez, Lic. Eladio Uribe y Padre Jorge Reyes. |
Hoy, cuando han transcurrido 33 meses de la inauguración y entrega por parte del ex Presidente Leonel Fernandez, la actual directora, licenciada Sugeidy Alvarez Perez, dice que quienes han faltado a la sociedad encuentran un real centro para su rehabilitación y posterior reinserción en la sociedad.
De su lado, el Padre Jorge Reyes, quien preside el Patronato de Ayuda al Centro Correccional, dice que para ese cambio de conducta de quienes por alguna razón delinquen, trabajan para ser un soporte de ayuda y vigilancia, que no haya maltratos, pero que tampoco les falta las cosas más perentorias de un ser humano.
Sugeidy Álvarez dice que este es el CCR-15 del nuevo Modelo Penitenciario, donde se ha dado un cambio radical en el trato y manejo de los presos, hoy internos, que en su mayoría han acogido esos cambios, pero que hay algunos que se resisten y hacen hasta lo imposible para mantenerse en cárceles del viejo modelo.
Internos del CCR-15 laborando en cuero y piel |
“Aquí hay un trato igualitario para todo el mundo. Por ejemplo, la comida de los internos es la misma que ingerimos todo el personal, administrativo y de seguridad. No hay privilegios para que les traigan platos a la carta”.
En estos centros, en Cucama y todos, los internos tienen la oportunidad de estudiar, de trabajar, de superarse mientras están purgando sus penas; tienen misiones que realizar, eso les da menos tiempo para la vagancia y la creatividad negativa, enfatiza la directora del CCR-15.
Preguntada de cómo está conformado ese centro penitenciario, dijo que existen varios pabellones, con una capacidad total de 720 internos, teniendo en estos momentos 708. De esos hay 216 condenados; 492 preventivos. Entre ellos hay 52 extranjeros.
Por violación de la Ley 50/88 hay 195, por homicidios 205, por robo 185, violencia intrafamiliar 57, violencia sexual 52, y por otros delitos 31.
El personal del centro está integrado por 15 en el área administrativa, 16 en tratamiento, y 63 VTP (Vigilantes Tratamiento Penitenciario) en seguridad.
En la formación de los privados de su libertad se enseña en alfabetización, básica y media. Idioma inglés. Informática. Hay talleres de zapatería (cuero y piel), reparación electrodomésticos, electricidad, reparación de computadoras, tapicería, pintura en tela, lencería, panadería y repostería, costura, soldadura, diseño de carteras, velas y velones, ventas, entre otros.
Los internos reciben periódicamente charlas sobre auténtica masculinidad, historia, biología, círculos bíblicos, escritura, formación humana. Cuentan con una biblioteca. Círculos de lectores. Formación humana, etc.
En el área deportiva los que han quebrantado las leyes cuentan con canchas de baloncesto y fútbol. Practican dominó, parchém ajedrez, tablero. Organizan torneos en todas esas disciplinas, a nivel interno como con la participación de clubes de la ciudad. Tienen también su área de gimnasia.
La licenciada Sugeidy Álvarez Pérez dice que una actividad que les ha dado muy buenos resultados es en la parte artística. Hay una gran integración. Se dedican casi a tiempo completo, fuera de sus responsabilidades laborales, a la práctica de canto, baile, estudios de música.
“Es tanto así, que en competencias entre los centros penitenciarios de todo el país el grupo de bailes del CCR-15 conquistó un primer lugar. También hemos cogido buenas posiciones en canto y maestría de ceremonias”.
El Centro de Corrección y Rehabilitación Penitenciaria Cucama recibe aportes continuos de diferentes sectores de la ciudad de La Romana. La pasada semana se llevó a cabo un operativo médico a cargo del Hospital El Buen Samaritano y el Hospital Central Romana.
En ese operativo fueron vistos por los facultativos decenas de internos, de los cuales aquellos que les fueron detectadas algún tipo de dolencias se les trató de inmediato y se les obsequiaron los medicamentos. “Es una gran obra”, exclama Alvarez Pérez.
No todo puede ser color de rosa, qué problemas afrontan aquí para llevar a cabo esa labor de cuido de los privados de su libertad y su cambio de actitud hacia la sociedad y la vida misma?
“Bueno, aquí tenemos la problemática del agua potable para el consumo de los internos. El agua hasta para los sembradíos, porque es agua de pozos y es completamente salobre. Nos daña los equipos para la potabilización. Tenemos dificultades para las siembras y las cosechas, por falta de agua”.
Otro inconveniente es la iluminación. Hay que reforzar esa parte para la visibilidad nocturna. Tenemos problemas con el transporte, hay un vehículo que amerita reparación. También está el problema de algunas de las cámaras de seguridad, entre otras deficiencias.
De su lado, el Padre Jorge Reyes, presidente del Patronato de Ayuda al Centro Penitenciario, dice que cuenta con unos 15 miembros que velan por el buen funcionamiento de ese lugar.
“Allí estamos pendientes de que no les haga falta nada de lo esencial para la alimentación y permanencia en el lugar. Pero sobre todo estamos pendientes a que no haya maltratos ni humillaciones, porque sabemos que se daba esa situación, y aquí en algún momento se ha dado, pero hemos intervenido se hacen los correctivos de lugar”.
El patronato además del Padre Jorge Reyes lo integran el empresario Frank Micheli, como vicepresidente; profesora Isabel Bayona, secretaria, Eladio Uribe, Sergio López, Luis Alcántara, Moisés Sifrén, José Ignacio Morales, entre otros munícipes, que se reúnen periódicamente para evaluar el desempeño del centro.
Vista frotal del edificio que aloja las oficinas administrativas y otras dependencia del CCR-15 |
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