Lic. Juan Francisco Melo
BATALLA DE MARATON
En la bahía de Maratón, desembarcaron 15 mil persas (lo que hoy es Irán) al noroeste de Atenas para enfrentarse a 11 mil atenienses. Numéricamente mas débiles, los griegos tenían una gran ventaja, la falange, cada soldado griego sostenía su escudo de manera que se superponía con el de su vecino, protegiéndo la mitad izquierda de si mismo y la mitad derecha de su compañero localizado a su izquierda.
La falange resultó demasiado para los persas, quienes estaban acostumbrados a combates individuales. Seis mil persas murieron y tan solo 200 atenienses. En Maratón se establecieron definitivamente las tácticas militares de trabajar al unisono y mantener las fuerzas concentradas. Unificar las fuerzas y tener su propia falange, es el camino del triunfo en política.
El soldado Feidipides recorrió 42 kilómetros hasta Atenas para llevar las noticias, REGOCIGENSES, TRIUNFAMOS, exclamó con voz quebrada a su llegada, cayendo muerto a continuación. Hoy día, los maratonistas corren 42 kilómetros en honor a este hecho. Hay que tener un Feidipides siempre a su lado.
BATALLA DE AUSTERLITZ ------ 1805
En esta batalla es donde Napoleón obtuvo quizá su mayor triunfo, no contaba con grandes batallones, con lo que si contó fue con su maniobrabilidad. Se atrevió a tentar a la alianza Ruso-Austriaca para que atacara su costado derecho, entonces, empleó su flanco izquierdo para acometer el centró ya debilitado del enemigo.
El resultado fue una victoria casi total. La rapidez de movimiento fue la clave del éxito de Napoleón. Sus tropas, sostenían y podían marchar dos kilómetros por uno del enemigo. PUEDO PERDER UNA BATALLA, decía Napoleón, PERO NUNCA UN MINUTO.
Que ocurre con la política, ¿cuantos minutos, horas, días y hasta semanas se pierden en política por falta de planificación, investigación del mercado político y estrategia correcta. Trate de pensar dos veces más rápido que su adversario y colocar su ejército político en el lugar preciso.
En Bonodino, en 1812, Napoleón olvidó las lecciones de Austerlitz, contra el consejo de sus asesores militares y sus asesores estratégicos decidió desobedecerlo y no escuchar a nadie porque lo sabía todo, lanzó a sus fuerzas que eran superiores en un ataque frontal contra los rusos. Treinta mil soldados franceses murieron y recibió una de sus grandes derrotas. En la guerra y en la política los errores se pagan.
BATALLA DE WATERLOO: 1815
El fin de Napoleón llegó tres años más tarde, en la pequeña aldea belga de Waterloo, en donde Arthur Wellesley, duque de Wellington le impidió el regreso a la gloria.
En Waterloo, Napoleón tenía, en efecto una leve superioridad numérica: 74 mil hombres contra 67 mil de Wellington. Sin embargo, se encontraba en la ofensiva y Wellington podía darse el lujo de esperar. Napoleón sabía que tenía que atacar antes que los prusianos llegaran a reforzar a los ingleses y a sus aliados .Una posesión defensiva bien establecida es fuerte en extremo y muy difícil de vencer. ( Es imposible que Guillermo Moreno le pueda ganar las elecciones en las posiciones a la defensiva que se encuentra el P.L.D., P.R.M. y el P.R.D.).
A las 7.30 p.m. , al caer la noche del 18 de junio de 1815, Napoleón, en un acto final de odisea, ordenó a 10 batallones de sus guardias imperiales un ataque frontal contra el centro del ejercito Británico. Bonaparte echó mano de su última reserva (cuando trata de recuperarte de una batalla que había perdido es difícil de recuperarte). Napoleón abandonó el campo de batalla y dejó su corona. Un general de la política no puede acariciar por más tiempo la idea de tener peleando el último hombre, como un buen ajedrecista no consentiría seguir jugando un juego obviamente perdido. Tiene que saber cuál es su guerra, no es pelear por pelear, analice las fuerzas del enemigo, planifique el ataque y cuando todo esté a su favor ataque rápido para que no tenga tiempo de recomponer su fuerza.
elpidiotolentino@hotmail.com; elpidiotolentino@gmail.com
Imprimir
No hay comentarios:
Publicar un comentario