Por CÁNDIDA FIGUEREO -Periodista, residente en Santo Domingo
Si la buena voluntad es la forma más expedita de decidir y ordenar la propia conducta, lo que de un modo u otro puede ser motivo de que le imiten, puedes afirmar que contribuyes a que se tengan buenos hijos y un mejor país.
Hombres y mujeres de buena voluntad se ven por doquier cada día dando lo mejor para lograr propósitos tangibles e intangibles que de un modo u otro repercuten en su familia y su entorno.
Así se les ve levantarse temprano cada día para llevar a sus hijos a la escuela, velar porque éstos realicen sus tareas y se trazan mentalmente el implícito deseo de que en su trayecto estos menores se conviertan en excelentes profesionales dignos de toda sociedad.
¡Y….lo logran! Estos caballeros y damas son vistos a diario en empresas públicas, autónomas, privadas y mixtas entregados con ahínco a la labor que les corresponde. Así, detrás de cada jefe o jefa que les supervisan en las compañías hay una legión de hacedores que hacen posible en el crecimiento de las instituciones y de sus hijos.
Esa entrega en el crecimiento las diversas, áreas entre las que se pueden citar la educación con sus maestros, la agricultura, la salud y las empresas en todas sus denominaciones y rubros, sin obviar a quienes por cuenta propia levantan su propio negocio o modus vivendi en buena lid, son hombres y mujeres honestos, sin manchas.
La buena voluntad de estos dominicanos que enorgullecen su país tiene un valor inestimable, a ser imitados por los pocos que prefieren delinquir.
El filósofo prusiano Immanuel Kan, uno de los pensadores más influyentes de Europa que se ausentó del área terrenal hace 202 años y cuatro meses, consideraba que a buena voluntad la determina la intención de quien realiza los actos, ya fuere positivo o negativo. Lo primero es lo que interesa para este planteamiento.
Sin pretender ser santos en la tierra, lo importante es la buena voluntad para entregarnos en cuerpo y alma en realizaciones que contribuyan a enaltecer al país.
Padre y madre son los modelos a seguir. Las influencias de entornos y de los diversos medios de comunicación también son parte de su responsabilidad porque por esta última vía hay de todo, pero lo que ayuda al crecimiento sano es lo que debe prevalecer.
En fin la buena voluntad en pro de una conducta sana debe ser el anhelo de quienes añoran un mundo mejor. Es una responsabilidad compartida del hombre y de la mujer o del que tenga más agallas. Así podrán decir con orgullo, esos son mis hijos. Este es mi país.
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