CÁNDIDA FIGUEREO, periodista
Enviar a menores de edad a comprar bebidas alcohólicas como hacen algunos padres, madres y otros parientes es una gran irresponsabilidad, lo que por igual condena a quien le despacha lo pedido.
Están además los progenitores que van con sus hijos menores a colmados o negocios similares beber, para luego salir dando traspiés, sin analizar esta enseñanza negativa.
Y surgen entonces las quejas de que no saben porque el muchacho, ya en su adultez, no sale de una borrachera diaria o cada semana.
Los hijos son, en gran medida, lo que su papá y su mamá deseen tener. ¿Por qué? Simplemente porque son la guía e incluso deben estar al tanto de quienes son sus amiguitos, a fin de cortar una relación que no sea adecuada.
No es que los chicos no se junten con nadie, claro que no. Pero usted no puede dejar que ande para arriba y para abajo con un ladrón o con personas con costumbres negativas.
En realidad no hay nada malo en tomar un vaso de tal o cual bebida, el problema está en que si usted es un adicto puede influir en menores o jóvenes que no tienen esas enseñanzas.
De ahí que el papá y la mamá son la zapata principal en las enseñanzas a sus vástagos, al tiempo que deben estar alertas respecto a quienes son los amiguitos de sus hijos y cerciorarse de sus costumbres para que no se dé cuenta cuando ya sea tarde.
Reitero que es una irresponsabilidad, tanto del papá como de la mamá dar bebidas alcohólicas a sus hijos.
Enseñe a sus hijos lo mejor de usted. La prole siempre desea imitar al papá o a la mamá que en su mayoría son excelentes en la crianza sus muchachos. Sólo los menos incurren en irresponsabilidad, pero tienen tiempo para rectificar.
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