Oscar López Reyes.
Por la televisión, la radio y en los entretelones privados se escuchan, rimbombantes, frases que laten tediosas y necias en el infodiluvio y erosionan los más sagrados valores éticos de la comunicación. Y desde los massmedia son recurrentes, por subjetividad, ignorancia deontológica o conductas subversivas conscientes de los sujetos emisores.
Desechando los supuestos mitos de la imparcialidad -hasta la conciencia ha sido señalada como una quimera- tenemos que rendir culto a la honestidad y ondular hacia el equilibrio, ensortijados en el razonamiento y la racionalidad. Como instructivo, seleccionamos seis locuciones unilaterales, que acompañamos de contraindicaciones consignadas en el Código de Etica del Periodista Dominicano, con las consiguientes interpretaciones del autor.
1.- “No digo X cosa de Fulano, por respeto a nuestra amistad”.
Artículo: 47: “Se considerarán actos violatorios a la ética profesional: a) el ocultamiento de informaciones de interés colectivo, y h) La censura y la autocensura”.
La verdad será, hoy y mañana, el principal amigo del periodista. La autenticidad pública comunitaria está por encima de la amistad particular o personalización.
2.- “Los periodistas no decimos todo lo que sabemos. Apenas revelamos como el 10%”.
Artículo 2: “Será deber del periodista reconocer y defender el derecho universal de las personas a informar y ser debidamente informadas”.
Artículo 3: “Será derecho del periodista luchar por el libre acceso a las fuentes públicas y privadas de información, para comunicar e interpretar los hechos con objetividad, veracidad y exactitud”.
Si conoce el 90% con certidumbre, está en el deber de difundirlo, y si tiene dudas de lo que cree saber, está en la obligación de averiguarlo, pero nunca callar.
3.- “Si la persona que me suministró la información, me mete en un lío por no decirme la verdad, y las autoridades policíaco-militares me llaman, les voy a señalar quien me dio los datos”.
Artículo 35: “El periodista guardará estricto secreto profesional sobre sus fuentes de información, cuando no atente contra la integridad territorial del país”. Párrafo: “Aún bajo la peor presión, el periodista deberá preservar la confianza que se le ha concedido para no revelar, pública o públicamente, hechos de interés”.
El secreto profesional, protegido por la Constitución de la República Dominicana en su artículo 49, deberá ser invocado para no revelar la fuente, y jamás para encubrir actos contrarios a la colectividad.
4.- “Yo digo las cosas buenas de las personas y no las malas, porque no quiero tener enemigos”.
Artículo 9: “El periodista velará porque el público tenga acceso a una información fidedigna de los hechos, manejados objetiva e imparcialmente. Asimismo, verificará y comprobará la información con precisión y claridad”.
Al reseñar sólo las noticias buenas, se oculta una parte de la realidad, como también se omite si divulgan únicamente las ocurrencias malas. En ambos casos se venera lo residual e incompleto. Los informes tanto auspiciosos como achacosos encarnan la integración supra-informativa, en la morfología de la democracia mediática.
5.- “Soy periodista, pero primero soy político”.
Artículo 1: “Como el periodismo es un servicio de interés social y la información un bien común, el periodista asumirá como su primer deber y derecho la defensa de la libertad de prensa, y se comprometerá a ejercer la profesión con plena conciencia”.
Para la efectividad en la creación de la conciencia social, el discurso periodístico ha de predominar en su interacción con el partido político. De lo contrario, se subestiman la exhaustividad y la fidelidad, que aplastan la veracidad.
6.- “Si publico tal cosa del gobierno o la empresa privada, me quitan la publicidad”.
Artículos 5: “El periodista estará en el deber de denunciar todos los actos dirigidos a violentar el derecho a la información y a la libertad de expresión de los dominicanos”.
Artículo 16: “El periodista se comprometerá a enfrentar las decisiones de los poderes del Estado que disminuyan o anulen el ejercicio de la libertad de expresión y el libre acceso a las fuentes y medios públicos de información”.
No satisfacer las necesidades informativas de las audiencias, por la variación de la agenda temática en virtud de la presión o temores del retiro de la publicidad, enflaquece y disminuye frente a los públicos y ante los anunciantes. Se trata de una pérdida por partida doble.
Para ampliar en torno a los deberes y derechos de los periodistas, reproducimos el Decálogo periodístico, un resumen del autor del Código de Etica, para una mayor comprensión y prevenir dificultades ético-jurídicas:
1.- Defender el derecho universal de las personas a informar y ser debidamente informadas.
2.- Abogar por la facultad del público a tener acceso a una información objetiva, veraz y exacta.
3.- Propugnar por la democracia, la igualdad, la justicia social, la paz y el bienestar colectivo.
4.- Evitar incurrir en difamación e injuria, para proteger el honor de los seres humanos.
5.- Abstenerse de recibir estipendio para ocultar, distorsionar o privilegiar informaciones.
6.- Rectificar las informaciones falsas e inexactas, y respetar la propiedad intelectual.
7.- Guardar siempre estricto secreto profesional de sus fuentes de información.
8.- Velar por el respeto a sus opiniones y la profesionalización, a fin de que honre su labor y sirva mejor a la sociedad.
9.- Fomentar la fraternidad entre colegas, respetar su reputación y brindarles solidaridad.
10.- Actuar con rectitud en la empresa donde trabaja, y no desdeñar su buen nombre.
Como la objetividad informativa e interpretativa no existe en términos absolutos, acojamos con sinceridad los recetarios precedentes, obviando los mitos, en la interacción dialógica público/medio, para el más preclaro y fecundo ejercicio profesional.
Cordialmente,
Oscar López Reyes
Periodista-mercadólogo, escritor y artículista de El Nacional,
Ex Presidente del Colegio Dominicano de Periodistas
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