viernes, 16 de diciembre de 2022

Conversaciones en África; temas sociales, culturales, sindicales y religiosos

José Gómez Cerda.


José Gómez Cerda, en Bamako,
capital de Malí, África.
África posee una superficie total de 30.272.922 kilómetros cuadrados. Unos 1.300 millones de personas residen en África, es el continente más pobre del mundo. De entre los 10 países más pobres del mundo, 9 están ubicados en África, el otro en Haití, Las cifras del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en estos países es menor a los 1.000 dólares anuales. De hecho, el continente africano es el que tiene el PIB más bajo.

He tenido la oportunidad de estar en el continente africano muchas veces, la mayoría de ellas en condiciones de dirigente sindical internacional. He recibido la hospitalidad y la confianza de muchos dirigentes humildes, pobres, que compartimos ideales sociales, espirituales, principios y valores.

En la mayoría de los países africanos donde estuve, tenía que comer con las manos, dormir en el suelo y andar detrás en una motoneta. Nunca estuve como turista, sino, como sindicalista, para trabajar con los campesinos.

Mis vínculos con los trabajadores africanos se iniciaron por mis relaciones con los dirigentes de la "Organización Democrática de Sindicatos de Trabajadores Africanos (ODSTA)", que agrupaba 35 organizaciones nacionales de África, ocho federaciones profesionales panafricanas, en 29 países de ese continente, afiliadas a la Confederación Mundial del Trabajo (CMT).

Entre las federaciones profesionales de la ODSTA estaba la Federación Panafricana de Trabajadores de la Agricultura y la Alimentación (FEPATAA), afiliada a la Federación Mundial de Trabajadores de la Agricultura, y la Alimentación (FEMTAA). Mis actividades en África eran coordinadas con la FEPATAA, y actué en mi condición de secretario general de la FEMTAA, con sede en Bruselas, Bélgica.

Dios me ha concedido la oportunidad de visitar a la Isla Mauricio, Togo, Benín, Senegal, Chad, Camerún, Burkina Faso, Costa de Marfil, África del Sur, Marruecos y Malí, donde he convivido con trabajadores, especialmente campesinos que viven en zonas pobres y condiciones de vida y trabajo muy penosas.

Conversé varias veces con mi amigo africano, Samuel Kanga, de Ghana, quien era el presidente de la Federación Panafricana de Trabajadores de la Agricultura y la Alimentación (FEPATAA).

Una delegación de dirigente sindicales africanos, participó junto conmigo en el Congreso de la FEPATA, entre ellos estaban; Eugène Akpemado, Secretario General de la ODSTA, Adrian Akuete, de Togo, Mohammed Sellak, de Marruecos, Ousman OUEDIAOGO, de Burkina Faso, Mamadou Diop, de Senegal, Touray Kebba, de Gambia, , Roger Sinfin, de Togo y Thimothe Boko, de Benín. La FEMTAA organiza trabajadores de diferentes religiones, tanto católicos, protestantes, musulmanes, budistas, animistas, y no creyentes; donde todos coinciden en que el centro de todo el universo es la PERSONA HUMANA, y que el sindicalismo debe tener su propio pensamiento, rechazando toda forma de explotación, de opresión, de enajenación del trabajador, siendo los hombres y mujeres trabajadores el sujeto de la historia.

En conversaciones con sindicalistas campesinos africanos, les dije; El Humanismo Integral es la tendencia de la realización total del trabajador, concebido como hombre racional y capaz de actuar responsablemente, como parte y síntesis de la sociedad.

Creemos en la supremacía del trabajo sobre el capital, porque es la obra de la persona humana; y creemos en lo espiritual, por encima de lo material. Me convertí en uno de los ideólogos del sindicalismo africano, porque esos campesinos nunca habían escuchado una exposición ideológica sindical. En mis conversaciones, diálogos y discursos, siempre les hablo en francés.

En algunas regiones, las tribus ponen los nombres a los recién nacidos muy diferentes a como lo hacemos en América Latina, o en Europa, que casi siempre son de acuerdo a los santorales.

Ellos tienen otras formas para darles nombres a los niños. Por ejemplo: Kofi Atta Anan, de Ghana, que fue secretario general de las Naciones Unidas. Su nombre indica el día de la semana que nació, así en twi y fante (las lenguas de sus padres) Kofi quiere decir viernes; Atta quiere decir que es uno de dos gemelos y Annan quiere decir que es el cuarto hijo.

Conversando con un amigo africano, me explicó que el idioma más hablado en África es el árabe, con 143 millones de personas que lo hablan, después está el swahili,, que es hablado por 85.200.000 personas, después el inglés, 84.130 personas que se expresan en ese idioma, luego el hausa, con 79.244.000, el francés, con 55.620.000, y el lingla, con 36.000.000.

Mi amigo africano, Shine Tromb, me explica los novelistas africanos más destacados, que son; Chinua Achebe, Gracy Ukala, Daniel Olorunfemi Fagunwa, Mariama Bâ, Ousmane Sembène, Ngugi wa Thiong’o, Benjamin Sehene, Thomas Mofolo, Amin Maalouf, Tsitsi Dangarembga, Dambudzo Marechera, Yvonne Vera, Mia Couto, Ayi Kwei Armah, Ben Okri, Jean de Dieu Madangi. Además me dijo que los principales poetas africanos, son, Chinua Achebe, Gracy Ukala, Wole Soyinka, Christopher Okigbo, Lenrie Peters, Kofi Anyidoho, Dennis Brutus, y Kofi Awoonor.

El arte africano, además de su importancia inherente a las personas que lo produjeron, ha inspirado también a algunos de los más importantes artistas y movimientos del arte contemporáneo tanto de Europa como de América.

Las religiones tradicionales africanas son un conjunto de creencias étnicas muy diversas, especialmente las animistas, que se han desarrollado de manera autóctona en África, en contraposición a las religiones cristianas e islámicas, que se expandieron posteriormente y que actualmente son seguidas por la mayoría del continente.

También se las conoce como religiones nativas africanas. Aunque relegadas socialmente, siguen teniendo una presencia cultural en la vida de muchos africanos.

Otro elemento común de las religiones africanas es la tradición oral, en vez de escrita. Como la mayoría de las religiones animistas del mundo, carecen de una biblia o libro sagrado, no tienen templos, ni sacerdotes, o pastores.

Tampoco estructura, constan de muchas prácticas, ceremonias y rituales diferentes, que conforman la esencia de estas religiones.

La doctrina animista de África incluye el culto a los ancestros, la curación por la fe y la medicina tradicional y natural, la adivinación y la magia y los hechiceros, la creencia en los espíritus, el sacrificio de animales, o energías, y el Politeísmo, la creencia en varios dioses.

Los africanos, ganadores de los premios Nobel, son; Nadine Gordimer, Sudáfrica; J. M. Coetzee, Sudáfrica; Wole Soyinka, Nigeria; Naguib Mahfouz, Egipto; Abdulrazak Gurnah, Tanzania.

Converse con Robert Tonui Dosseh-Anyron, Obispo de Lomé, Togo, en su despacho, en el obispado de Lomé, para que me explicara el sentido de la religión “Aminista”.

Él me explicó que es una religión exclusiva de África. Me dijo; “Cuando los españoles y portugueses “secuestraban” a los africanos, para llevarlos a los países de América, para hacer trabajos de esclavitud, eran animistas. Muchos fueron obligados a convertirse al catolicismo.

Todavía quedan descendientes y tradiciones de ellos, como son; El vudú, en Haití, los santeros, en Cuba, y los candomblés, en Brasil.

En el año 2006 estuve en Bamako, Mali, en una reunión de la Unión Europea y los países ACP (África, el Caribe y el Pacifico). Estuve dos años, 2005-06, como representante de la ACP en el Área del Caribe (Haití y la República Dominicana.

Mis actividades en África se realizaron desde 1995 al 2006, viajando desde Bélgica, donde tenía mi residencia a África, vía París, Francia.

Con las experiencias y conocimientos de estas misiones en ese continente, escribí un libro digital que se titula; ÁFRICA, SOCIAL Y CULTURAL.

 

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