Oscar López Reyes.
La alta autoridad se molestaba cuando escribían presidente con la p pequeña, y se tornaba irrazonable. No lo concebía, porque “¡el presidente es el presidente!”, “todos estamos por debajo de él”, y “no podemos empequeñecerlo”. Lo mismo se diría -confundiendo la jerarquía del poder con el idioma- del papa, el rey, el príncipe, el ministro o el director general, pero resulta que los citados son “sustantivos comunes” y las normas del español señalan que se escriben con inicial en minúscula.
Los nombres propios, como Ernesto, Dámaso, Román, César Augusto y José Amador se estampan con la letra inicial en mayúscula -que diferencia el nombre propio del común-, y los nombres comunes, como majestad, duque, obispo o monseñor, juez, embajador, patria, bandera y nación, se colocan en minúscula en la primera letra. “Ninguna de las mayúsculas de relevancia comentadas”, anota la Real Academia Española, “está justificada desde el punto de vista lingüístico, ya que recaen sobre nombres apelativos o comunes, con independencia de la valoración social o personal asociada a sus referentes” (1).
El uso excesivo de la mayúscula – también conocida como caja alta y como grafía capital- plaga no sólo a los correos electrónicos, los textos móviles y las redes sociales, sino también a cartas, oficios, contratos, certificados, edictos, mensajes litúrgicos, actas de nacimiento, sentencias judiciales y hasta leyes y la Constitución. ¡Grave, muy grave!
Procurando los hispanohablantes supravalorar el sintagma presidente y resaltar nombres y conceptos, la cuasi generalización de la mayúscula se ha vuelto habitual, en otro atropello a la lengua materna. Olvidan, o desconocen que, más que en la tipografía o el tamaño de las palabras, el ojo se embelesa en la claridad del enunciado.
A diario leemos los signos gráficos en “bastardilla/cursiva/itálica”, “molde”, “doble”, “negrita/negrilla”, “redonda/redondilla y “versalita”, con los cuales se plasman el “pensamiento” y la “producción” (2), y que no ceden el más mínimo espacio a la minusculización.
Mencionemos cinco frases -extraídas de consuetudinarias divulgaciones- con estos significados léxicos:
I.- Uso inapropiado. El Señor Director General, La Máxima Autoridad Ejecutiva De Nuestra Institución, Tiene Una Actitud Positiva.
Este enunciado está conformado por tres artículos (El, La y Una), seis sustantivos comunes: señor, director general, autoridad, ejecutiva, institución y actitud; una preposición: De; un verbo: tiene; dos adjetivos: positiva y máxima, y un pronombre posesivo: nuestra.
Apenas la letra E del artículo El se calca en cuerpo mayor o mayúscula. Las otras 14 palabras puntean con iniciales minúsculas.
Las mayúsculas son minoría, y las minúsculas la generalización, en vista de que abarcan los sustantivos comunes, los verbos, adverbios, adjetivos, preposiciones, artículos, pronombres y proposiciones, salvo que sean parte de un nombre propio.
Las reglas de aplicación de las minúsculas se disponen de acuerdo con la antecedencia y enlaces consiguientes de los elementos gramaticales citados, la semántica y otras variables, como los contextos y las circunstancias expresivas. Ejemplo: Yo viajaré a China (mayúscula), me voy a comer una naranja china (minúscula) y ella es de nacionalidad china (también en tipo menor), en función del gentilicio.
Otra explicación: Ha sido promulgada la Ley 247-12 de Administración Pública, y son muchos los dominicanos que no quieren cumplir la ley.
II.- Empleo incorrecto. El Alcalde Encabeza Jornada De Limpieza De Ríos y Cañadas.
Sólo la E de El se coloca en mayúscula. Las demás letras se copian en minúsculas, debido a que hacen las funciones de artículo (El), verbo conjugado (Encabeza), preposición (De) y cinco son sustantivos comunes (alcalde, río, cañada, limpieza y jornada).
La mayoría de las letras iniciales se asientan en diminutas porque son sustantivos que nombran o identifican a personas, objetos, lugares y conceptos. Por esa razón, adquieren una categoría central en la lengua, que tienen contenido semántico pleno, junto con los verbos, adjetivos y adverbios.
Sólo los sustantivos propios: Aquiles, José, Manuel, Federico y Jacinto se insertan en mayúsculas. Y en mínima altura los sustantivos comunes: árbol, agua, escritorio, computadora y silla.
También encajan en letras ordinarias los sustantivos concretos: barco, perro, automóvil, parque y piscina, así como los abstractos o imaginarios: amor, idea, alegría, fidelidad y alegría.
Cincelan con signos bajos los sustantivos contables: anillos, niños, piedras, cucharas y cangrejos, y los incontables: aceite, trigo, azúcar, hambre y polvo.
Igualmente, se anotan en pequeño los sustantivos individuales: cantante, soldado, elegante, sombrero y pizarra, y los colectivos: alumnado, coro, familia, manada y tropa.
Como núcleo de un sintagma nominal, el sustantivo cumple funciones sintácticas en las oraciones. Verbigracia: Leí, en la montaña, el libro más instructivo del universo.
III.- Utilización inexacta. Hacia Una Reforma Exitosa Y Sostenible de la Administración Pública En La República Dominicana.
Van en mayúsculas la H de Hacia, la R de República y la D de Dominicana. Afincan en trazos bajos las denominaciones genéricas, como los tratamientos: don, santo, señor, excelencia y señorío; los gentilicios: dominicano, argentino, peruano, venezolano y español; las enfermedades: asma, diabetes, hipertensión, influenza (gripe) y trastorno bipolar; los días de la semana, los meses, las estaciones del año y los cargos: ministro, director general, magistrado, canciller y rey.
Asimismo, se apuntan en minúsculas estas denominaciones genéricas: el salón de sesiones de la biblioteca citada; la cédula y el pasaporte como documentos de identidad personal, los informes de las comisiones sobre las mociones que se acogen a las resoluciones presidenciales, y los departamentos, cabildos, universidades, iglesias, los trabajos y la espada.
También, se apostillan en letras reducidas los genéricos que conforman el paisaje público: calle, avenida, plaza, iglesia y estadio; los geográficos: montaña, río, mar, golfo y estrecho; las profesiones: contador, arquitecto, economista, notario y oftalmólogo.
Por igual, se incrustan en minúsculas los ciclos educativos: educación pre-escolar, educación primaria, educación básica alternativa, educación secundaria y educación superior, y doctrinas y movimientos: colonialismo, modernismo, vanguardismo, neoliberalismo e integracionismo.
IV.- Tratamiento indebido. Marco Estratégico, Objetivos y Metas, Mapa de Objetivos, Factores Críticos de Éxito, Política de Calidad y Expectativa Grupos de Interés.
Sólo la M de Marco se graba en altura máxima. Por lo antes indicado, las iniciales de las otras 19 palabras se tallan en minúsculas.
V.- Aplicación imperfecta. Damas y Caballeros: Usar Pin Institucional, Vestir Chaquetas, Faldas y/o Pantalones en color azul oscuro/negro.
Se escriben en letras grandes los grafemas D (Damas) y U (Usar, porque está después de los dos puntos). Y en minúsculas los sustantivos caballeros, pin, institucional, vestir, chaquetas, faldas, pantalones y color, así como los adjetivos azul y oscuro/negro.
El autor: presidente de la Asociación Dominicana de Profesionales de Relaciones Públicas (ASODOPREP) y miembro del consejo directivo de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos (SDB). Ex presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y la Asociación Dominicana de Escuelas de Comunicación Social (ADECOMRD).
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Citas bibliográficas:
1.- Ortografía de la lengua española, Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Barcelona, España, Planeta, 2021, p. 515.
2.- Diccionario didáctico avanzado del español, Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, Ediciones SM, Cataño, Puerto Rico, 2008, pág. 460.
Referencias bibliográficas:
1.- Nueva gramática de la lengua española, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, Editorial Planeta, Barcelona, España, 2019.
2.-Libro del estilo urgente, Agencia EFE, Galaxia Gutenberg, Barcelona, España, 2011.
3.- El país. Libro de estilo, Penguin Random House Grupo Editorial, Barcelona, España, 2021.
4.- El libro del español correcto. Claves para hablar y escribir bien en español, Instituto Cervantes, Espasa Libros, Barcelona, España, 2021.
5.- Español correcto para Dummies, Fernando Ávila, Editorial Planeta Colombiana, Barcelona, España, 2016.
Cordialmente,
Oscar López Reyes,
Periodista-mercadólogo, escritor y articulista de El Nacional,
Ex Presidente del Colegio Dominicano de Periodistas.
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