Mercedes Castillo.
La Navidad es la época de mayor alegría por la tradición de conmemorar el nacimiento del niño Jesús en Belén, que la iglesia católica celebra a las doce de la noche de cada 25 de diciembre. También otras iglesias lo conmemoran.
Igualmente, por la confraternidad, derroche de amor y amistad que disfrutamos en familia, con amigos y vecinos. Música navideña que nos encanta, regalos, encuentros y aguinaldos.
La Navidad al estilo dominicano es una exquisitez inigualable. La belleza y alegría que nos proporciona la instalación del hermoso y colorido arbolito navideño y las instalaciones de luces preciosas que adornan nuestros hogares, instituciones, avenidas, calles, sectores y comunidades nos produce una alegría sin igual.
El lechón asado en puya y el pollo asado con casabe y telera acompañados de los tradicionales pasteles en hoja, el moro de gandules o habichuela negra, las ensaladas verde y rusa y el pan de frutas nos enloquece.
No pueden faltar las frutas: uvas, manzanas, peras, pasas, ciruelas, almendras, coquitos. Los dulces: chocolates, turrones, gomitas. Vino, sidra, wiski, el ron o los refrescos.
El toque lo pone además, la música navideña que nos alegra el alma. De los merengues que más disfrutamos los dominicanos son: “Salsa pa’ tu lechón”, del inmenso Johnny Ventura, “El Vecino”, “Llegó Juanita”, de nuestra querida Milly Quezada, “La Patrulla”, del Conjunto Quisqueya, entre otros.
En nuestra tradición navideña estrenamos rops, zapatos, vamos a la peluquería y al salón de belleza (hombres, mujeres y niños y niñas) a realizarse un arreglo de fondo. A los niños y niñas se les obsequian juguetes.
La Navidad es propicia para celebrar con alegría, pero con civismo a la vez. Ese derroche de amor y alegría que disfrutamos en la época no debemos traducirlo en violencia, si no en paz. ¡Que así sea!
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