Por Federico Pinales.
El título de la presente entrega ha sido parte del crecimiento exponencial que han tenido los dominicanos dueños de supermercados, bodegas, peluquerías, barberías, restaurantes, las bases de taxis y los talleres de mecánicas, en los Estados Unidos, especialmente en el Estado de Nueva York, donde, según los dirigentes de las principales asociaciones que los agrupan, mueven más de 10,800.00 millones de dólares cada año, a través de unos 27, 469 negocios legalmente establecidos.
En esa cifra solo están incluidos los 600 supermercados, las 13,000 bodegas, más de 13,000 salones de belleza y los 869 restaurantes. Todos ubicados dentro de los cinco condados más densamente poblados por quisqueyanos.
Esos datos fueron ofrecidos, en forma separada y difundidos por diferentes medios por los señores Samuel Collado, presidente de la Asociación de Súper Mercados y Radhamés Rodríguez, presidente de la Asociación de Bodegueros de América. A ninguno de los cuales conozco.
Solo los he visto y escuchado en los medios de comunicación, en los cuales han asegurado que de las 20,000 bodegas que existen de Nueva York, 13,000 son propiedad de dominicanos.
Según el señor Rodríguez, la empleomanía de las bodegas oscila entre 5 y 15 empleados por establecimiento, dependiendo su tamaño y volumen de venta.
Eso quiere decir que, si promediamos 10 empleados por bodega, estaríamos hablando de 130 mil puestos de trabajo, en un solo renglón de los servicios de expendio de alimentos.
Por otra parte, según el señor Collado, de los 600 supermercados pertenecientes a 200 empresarios dominicanos, la mayoría cibaeños, no se tiene la cifra exacta de la cantidad de personas empleadas. Tampoco las de los restaurantes, salones, peluquerías y talleres, pero se presume que sobrepasan la cantidad de las bodegas, donde ya promediamos 130,000.
A esto habría que agregarle la enorme cantidad de ciudadanos dominicanos, profesiones en su mayoría, que prefieren dedicarse a “taxiar” o a cuidar a personas mayores, y evitar emplearse en una fábrica, un supermercado, una bodega o una compañía de limpieza, por la dureza del trabajo, los bajos salarios y los pocos beneficios que reciben.
Por esa razón, el servicio de taxis de Nueva York es uno de los más profesionales que he conocido, ya que la gran mayoría de choferes, independientes y/o miembros de algunas bases son abogados, agrónomos, locutores, periodistas, contadores, enfermeros, profesores, ingenieros y hasta médicos que no han podido hacer sus révalidas, o sencillamente no han podido obtener una tarjeta de seguro social que les permita trabajar legalmente.
Y como están obligados a comer, pagar rentas y enviarles remesas a sus familiares, tienen que hacer lo que aparezca para producir dinero honradamente.
Ahí también está la razón del por qué tantos emprendedores triunfadores, sobre todo cuando lo hacen con sonrisas, solidaridad y amores.
Así lo resumió el señor Samuel Collado, al detallar la forma de cómo, habiendo nacido en Jánico, criado en Jarabacoa y educado en Santiago, llegó a ser un hombre tan influyente y poderoso dentro de los negocios de Supermercados en los Estados Unidos.
Inició clasificando botellas vacías en un supermercado, donde fue escalando posiciones hasta convertirse en ejecutivo y luego en dueño. Posteriormente, ascendió a presidente de la organización que agrupa a más de 600 supermercados, propiedad de 200 inversionistas quisqueyanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario