lunes, 3 de marzo de 2025

El fenómeno Alofoke

Por Federico Pinales.



Hay que meterle al bloque,

Para que la gente se desenfoque,

y no entienda al fenómeno Alofoque.



“Me voy a retirar de la comunicación, porque estamos en la era de Alofoque”.

Eso lo dijo alguien como preámbulo a su retiro en forma de bloque.



Ese bloque lo integraban las estrellas con más brillo,

que durante 24 años enfrentaron a los tres pichones de dictadores que imitaron a Trujillo.



Ahora resulta que, al surgir un nuevo caudillo,

rodeado de una nueva camada de pillos.

A las viejas estrellas se les eclipsó el brillo,

Ante el surgimiento vertiginoso de un lucero del Capotillo.

Ese que, a fuerza de grapas, clavos y martillos,

se ha echado en un bolsillo,

a quienes ganaron notoriedad denunciando a los viejos pillos,

que hoy han estado desfilando por el famoso banquillo.



Aunque subió a escena,

Chillando con palabras obscenas,

a pesar de las críticas y los lamentos,

está encumbrado en lo más alto del firmamento,

acompañado de muchos talentos,

que, entre obscenidades, cherchas y cuentos,

han desplazado a los viejos “monumentos”,

que se creyeron el cuento de que eran los non plus ultras del momento.




Aunque alguien lo dijo con amargura e ironía,

cuando sentía que su estrella se caía,

para justificar su retirada en bloque,

culparon de ella al fenómeno Alofoke.



En principio recibieron el aplauso de la población “decente”,

sin imaginarse que se trataba de una estrategia inteligente,

para silenciar las travesuras de los nuevos delincuentes.

Que subieron financiados y apoyados,

con lo que hoy la Casa Blanca ha denunciado.

Sin que a nadie le haya dado la gana,

de pedirle cuentas a instituciones como Participación Ciudadana.

Y a otras donde abundan más las canas,

al servicio de los peores intereses acumulados con el uso del foete y la macana.

Desde los tiempos de Trujillo,

Donde en los medios solo sonaban las personas de “brillos”, aunque por lo bajo fueran peores que los muchachos del Capotillo, a quienes ellos etiquetaron como pillos.

Sencillamente por carecer en los bolsillos,

con qué comprarse un simple cepillo.

Hoy esos mozalbetes les han pasado el rodillo.



Sin robarse los bienes del Estado, a través de mafias empresariales internas y externas. Solamente usando sus talentos naturales, alimentados por la cultura barrial.



Los urbanos se han empoderado, apoyados y promovidos por el Fenómeno Alofoke,

uno de los pocos representantes de medios, invitados a la toma de posesión del presidente Donald Trump.



Hay que dejarse de rodeos.

No se puede tapar el sol con un dedo

porque el tipo sea pobre y feo.

Y provenga de Los Minas, La Cañita, el Capotillo o los Guandules.

El poder y la fama no están reservados solamente para los que tienen sangre y ojos azules.



El tipo tiene más de 7 medios digitales, de información y entretenimientos, entre ellos un periódico, todos juntos con más de 56 millones de vistas, porque tiene material para todo gusto. Priorizando a los sectores más marginados de la población.



Así, que nadie se aloque,

y pongan atención al fenómeno Alofoke,

Y a los contenidos de sus diferentes bloques,

donde se dicen muchas vulgaridades, pero también muchas verdades, que merecen la atención de las personas decentes.

 

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